Un País sin Política
Venezuela atraviesa uno de sus momentos más complejos. Las elecciones presidenciales celebradas el 28 de Julio, que estaban destinadas a buscar una solución a la grave crisis política que vive nuestro país en los ultimos 25 años, solo se acentuó con los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral.
Una vez anunciado el primer boletín, se desarrollaron diversas manifestaciones a lo largo y ancho de nuestro territorio, expresando su clara disconformidad con los resultados. La publicación de las actas para certificar y constatar los resultados es, sin duda alguna, necesario para recuperar la paz, pero sobretodo, la credibilidad en las instituciones.
Luego se abre la puerta de la judicialización del proceso al activar un recurso contencioso – electoral ante la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia, mecanismo que lejos de resolver el problema, simplemente lo agravó. Esto nos invita a una importante reflexión sobre cuál es la calidad de nuestras instituciones, reflejadas en la Constitución de 1999, que tiene como elemento destacable, la sinceridad con que aborda las facultades del Poder Ejecutivo, que en otras épocas se intentó ocultar para disimular la verdadera dimensión de su poder autocrático. La Asamblea Nacional Constituyente que la aprobó, fracturó con ella el equilibrio de los poderes, siendo esta la realidad que vivimos.
El predominio del Ejecutivo sobre los otros poderes ha sido habitual en el proceso constitucional del Estado. Las consecuencias de ese desequilibrio entre los poderes en que se deben sustentar la República nos mantienen hasta el día de hoy, a más de doscientos años de nuestra primera Constitución, sin cambios sustanciales en la realidad.
El asunto de fondo, mas allá de acatar la decisión de la Sala Electoral del TSJ, surgen las siguientes preguntas: ¿Esta sentencia ayuda a resolver la crisis política en el país? Otra pregunta: ¿Fortalece la credibilidad en las instituciones?
Dentro de estas interrogantes es inevitable que tengan un impacto social. ¿Como queda el ciudadano de a pie? ¿Esto ayuda a resolver el tema del salario, mejora su calidad de vida? Mientras no exista una solución política a la crisis, esta seguirá acentuándose.
Este es el momento para plantear soluciones políticas, abrir canales de diálogo y acuerdos, nuestro país necesita una solución negociada donde el único ganador sea el pueblo Venezolano, quien se expresó con claridad y contundencia el 28 de Julio por un cambio politico en paz.
“El patriotismo no consiste en silenciar o disculpar los errores nacionales, sino en evidenciarlos todos para corregirlos o para evitar que se repitan…”
Jose Gil Fortoul
Francisco Castrillo – Legislador CLEBM – Prof. Escuela de Ciencias Políticas ULA