Venezuela – Un laberinto Politico
Venezuela, se quiera o no, está inmersa en un verdadero terremoto politico, donde los escenarios son cada vez más cambiantes e impredecibles. Existe una opinion bastante amplia sobre el agotamiento del sistema politico.
Desde hace algún tiempo, se ha planteado en nuestro país un quiebre total entre el Estado y la Sociedad, originada en buena medida por la crisis que viven nuestras instituciones, acompañado de una recurrente falta de atención por parte del Gobierno Nacional, frente a las necesidades cada vez mas agudas de la población.
El Poder Público Nacional, Estadal y Municipal es donde se establece la relación directa del Estado con los habitantes de las distintas localidades de nuestro país, la crisis de los servicios públicos es el pan nuestro de todos los días, el agua potable, gas, servicio eléctrico, nuestro Estado Mérida sigue a merced de la ineficacia y la ineficiencia, se sigue deteriorando la calidad de vida.
A esto se le suma la agudización de la crisis política, que parece convertirse en un verdadero laberinto. La hegemonía y la arbitrariedad de los procesos de facto, debe dar paso al pluralismo y al imperio de la ley, propios de la Democracia y el Estado de Derecho.
Hoy debemos ir hacia cambios que tengan la seguridad de la permanencia y no hacia reformas convenientes que solo se identifiquen con las propuestas coyunturales de quienes están hoy en el Poder.
Los fantasmas de la Venezuela del siglo XIX, considerado el siglo caudillista y militarista, los comienzos del siglo XX en el centralismo, parece que vuelven a caminar por nuestros rincones, acompañado de un esquema de autoritarismo. En ese sentido debemos seguir luchando por el rescate de las instituciones, por el modelo politico consagrado en el artículo 2 de nuestra Constitución que define a “Venezuela se constituye en un Estado Democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia y la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”, debemos seguir habilitando los mecanismos de presión institucional y que este nuevo siglo XXI nos permita transitar nuevos caminos para la construcción y protección de nuestros sistemas democráticos, que han sido muy maltratados en estos últimos años.
Francisco Castrillo – Legislador CLEBM – Prof. Escuela de Ciencias Políticas ULA