Una inflación recurrente nos acecha
Isaías A. Márquez Díaz
Por las presunciones y el día a día, aunque ya nos sugiere tratarse de un tema trillado sobremamanera. Pero, nos resulta difícil, más no imposible, eludirlo; espada de Damocles, que nos acecha y desafía desde la dolarización de facto que anunciara el Ejecutivo, durante 10/2019 con la mira ingenua de sofocar la inflación que ya agobiaba desde poco antes de 2014, con tenencia a dolarizarnos por el envío o ingreso de remesas en nuestra economía, provenientes de venezolanos migrados por las razones consabidas, y que persisten aún, sin atisbo alguno de superación, sino de recaída; por no implementarse un monitoreo de la evolución o dinámica de la tasa de cambio y la brecha cambiaria gradual con de un dólar paralelo en demanda creciente e inexorable debido a los óbices en el alcance del dólar a tasa oficial BCV por su arbitraje en merma ante una administración tributaria, incluida la de servicios básicos, aparte de la parafiscalidad, también dolarizadas sin mejora alguna de los servicios o beneficios, y recobrable irrecusablemente al consumidor final, adversa sobre las finanzas de todos los venezolanos, agudizada drásticamente, luego del 28-J, por la incertitud política extendida; aún, cuestionada.
Y, es así como tenemos un aumento gradual de la tasa oficial, rayana en casi Bs 47.- tras unos Bs 37.- a inicios de octubre pasado, media ponderada de casi un dos por ciento intradiario, con una brecha en torno a poco más de un 20 por ciento; todo lo cual incide obviamente, sobre los costos o precios de bienes y servicios, que, por ordenamiento están sujetos a la tasa cambiaria BCV, aun cuando habíamos registrado la inflación más baja por casi una década. No obstante, según Bloomberg aunque bajamos al índice cercano a un 46 por ciento. Pero, en virtud de la baja del bolívar, estamos ante un riesgo inminente e insondable de un proceso inflacionario ineludible; rayana en un 45 por ciento porque nuestra moneda ha registrado una depreciación máxima por casi un bienio, y buscamos dólares desde antes de las elecciones. Los salarios, aunque el régimen ha implementado el “Bono contra la Guerra Económica”, una subvención mensual a trabajadores del sector educativo, pensionados y jubilados, es insuficiente aún para compensar la carestía. Según el OVF, la inflación durante octubre pasado fue de un 4,76 por ciento, que conlleva un aumento tras dos meses en baja, desde un 4,58 en septiembre; no obstante, la inflación subyacente ( de costos variables) continúa su trayectoria en baja, llegando a 3,8 desde 3,91 por ciento en septiembre pasado. En efecto, la inflación se aceleró en un 9,6 por ciento por incrementos importantes en todos los rubros que conforman su indicador de inflación al cierre de octubre, y nos ofrece un alza acumulada en torno a un 43 por ciento. Variación de un 51 por ciento que conlleva un incremento acumulado a la cifra predicha y mayor en un 3,4 de septiembre por depreciación del bolívar.
Básicamente, el BCV debería evaluar el movimiento de desembolsos en bolívares y efectuar un monitoreo permanente a objeto de establecer cuáles bienes tendrían una mayor facilidad o dificultad de pago.
Ocupamos el segundo lugar en el “ránking” de inflación más alta, que tuvo un índice acumulado entre enero y mayo de 2024 de un 7,8 por ciento; interanual, un 59,2.
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