¿Dolarizar en Venezuela? – Por Ángel de Jesús Bermúdez Rojas
Actualmente en Venezuela una de las soluciones que se encuentra en boga por los analistas económicos es la de dolarizar. Para corregir los problemas macroeconómicos que aquejan al país algunos comparten la idea de adoptar el dólar de los Estados Unidos, mientras otros no lo compartimos tanto, sin embargo, hay que analizar con cabeza fría si dolarizar es factible actualmente y no solo hablar por hablar.
Antes de revisar la factibilidad de dolarizar, hay que analizar si efectivamente esta política económica soluciona los problemas que enfrentamos. Empezando con el más importante de todos, la hiperinflación, sin conocer las cifras oficiales de inflación del Banco Central de Venezuela, de acuerdo a estimaciones de la Asamblea Nacional, en febrero de 2018 alcanzó una inflación anual de 6.148%. Por otro lado, la combinación de ser un país importador y monoexportador que se encuentra en una situación crítica porque la obtención de divisas no logra abastecer la demanda interna, aunado a esto el continuo pago de deuda externa tanto del gobierno central como de PDVSA, dificulta aún más el abastecer a la población venezolana, que también tiene un sector agrícola e industrial devastado.
Si por alguna razón el gobierno venezolano toma la decisión de dolarizar el día de hoy, la solución inmediata que uno piensa es la corrección del problema hiperinflacionario, junto con la disminución en la desconfianza de la moneda nacional y el atarle las manos a las autoridades para que dejen de usar la máquina de imprimir nuevas monedas y billetes. Hasta aquí todo suena bastante alentador, pero es importante preguntarse si efectivamente Venezuela tiene las condiciones necesarias para dolarizar, pensando en el requisito más importante de todos, tener las reservas internacionales suficientes para abastecer la demanda de dinero nacional.
Al analizar cuál sería el tipo de cambio a utilizar en el proceso de dolarización, se debe obviar tanto el DICOM como DIPRO, e iniciar con el tipo de cambio implícito. Las reservas internacionales hasta el 27 de abril de éste año se encontraban en 9.868 millones de dólares, a su vez la deuda externa en Enero de 2018 fue de 3.478 millones de dólares, considerando que esta no se haya incrementado, las reservas disponibles serían de 6.390 millones de dólares, el tipo de cambio implícito sería de 107.000 BsF/US$, aproximadamente. A éste tipo de cambio, el salario mínimo integral (salario mínimo, prestaciones sociales y cesta ticket), sería de 24$ al mes y 0,8 centavos de dólar al día. Si comparamos esto con el valor estimado de la canasta básica que para marzo de 2018 fue de 75 millones de bolívares, el valor de la canasta básica sería de 700 dólares, es decir, que un trabajador que gana salario mínimo no tendría la capacidad de pagar ni un 5% de los productos de la canasta básica, sin necesidad de realizar un análisis con el tipo de cambio paralelo, no se tienen las condiciones básicas para dolarizar. Tampoco se puede considerar la posibilidad de que el gobierno utilice como tipo de cambio el DICOM o DIPRO, porque mientras menor sea el tipo de cambio, mayor serán las reservas necesarias para abastecer la demanda de dinero.
En todo este análisis no se considera las transferencias, subsidios y donaciones realizadas por el gobierno venezolano, que no dan ningún valor agregado a la economía, si lo incluimos en la ecuación, será necesario una mayor cantidad de divisas para que el gobierno pueda mantener su tendencia política. La solución de dolarizar, no es tan atractiva si se analiza con detenimiento, traería más costos que sus posibles beneficios, hay que considerar otras alternativas que se han dejado de lado por pensar en la idea de dolarización.
Estudiante del Séptimo Semestre de Economía en la FACES-ULA.
@angelb328