BIENESTAR

¿Cómo saber si estás en una relación tóxica?

 

ERICK GUERRA

 

Cuando alguien se enamora todo parece perfecto en el otro. Su sonrisa, su voz, sus gestos, sus comentarios, incluso aquellos que pueden parecerse a una amonestación o crítica. Todo se justifica, pero lo cierto es que todo no se justifica, ya que eso puede esconder el inicio de una relación tóxica.

Esta relación se caracteriza porque con el tiempo se convierte en un verdadero infierno, provocando dolor, insatisfacción, tristeza. Daña la autoestima y el poder de decisión de una de las partes, abrumándola de culpabilidad y manipulación. Sin embargo, se hace difícil salir de ella, y lo peor es que quienes conviven con esa pareja, como es el caso de los hijos, lo sufren en silencio.

Eso es lo que le sucedió a Alejandra Guzmán con respecto a sus padres: el cantante Enrique Guzmán y la actriz Silvia Pinal, durante años. Alejandra ha llegado a comentar que fue testigo del maltrato psicológico e inclusive físico entre ellos, lo que posiblemente la ha marcado en su propia vida.

La cantante tuvo una severa adicción a las drogas, lo que la vincula con parejas problemáticas. Una de ellas, con el empresario Farell Goodman; relación que se termina en meses cuando éste es detenido por tráfico de drogas. Posteriormente su noviazgo con Gerardo Gómez Barbolla la lleva a una profunda depresión y alcoholismo. Es que él vendía imágenes privadas de Alejandra, además de tener acusaciones de robo, fraude y drogadicción.

Pero no es necesario que quien ejerce el poder dentro de la relación tóxica sea un estafador, ladrón o un drogadicto. Puede ser una persona que para el común de las personas es “normal”, pero que en realidad, se trata de una persona tóxica.

Según los especialistas, este tipo de personas son aquellas que crean conflictos a su alrededor porque poseen dos tipos de conductas:

– La de víctima de una situación, que siempre se siente maltratada por los demás, comportándose inadaptadamente.

– La de victimario que son quienes se sienten dueños de la situación, y se satisfacen de causar algún conflicto. Suelen ser agresivos verbalmente.

Por supuesto que este tipo de personalidades se muestra en muchos ámbitos, como puede ser en el trabajo, en una actividad deportiva, en los estudios, pero su manipulación llega al extremo en el caso de una pareja. Y si bien se considera que estas conductas son propias de lo masculino, también existen mujeres tóxicas.

Lo importante es reconocer cuáles son los indicios que caracterizan a este tipo de relación.

Síntomas de encontrarse en una relación tóxica

La persona manipuladora genera en el otro:

-Sentimientos de inferioridad

La “víctima” se siente poco a poco, cada vez menos confiada en sí misma hasta llegar a pensar y sentirse una inútil. La manera de hacerlo es a través de mensajes que van minando la autoestima como “no sé para qué lo haces, si ya sabes que no vas a conseguirlo”. De esa manera se genera que la pareja termina dependiendo de sus juicios y hasta pidiéndole opinión y consejo frente a cualquier cosa que se pretenda hacer.

-Sentir que el éxito personal es imposible

Ya que una persona tóxica se encarga de hacer sentir a quien tiene al lado de que lo que ha hecho no tiene nada de extraordinario. Como no soportan la idea de ser inferior a su pareja en ningún sentido, dejan en claro que lo que hace el otro lo puede hacer cualquiera.

Verse obligado a ceder ante discusiones

Porque de lo contrario, el otro puede estar días sin dirigirle la palabra.

-Sentirse culpable

Sentir culpa de lo que le sucede a la pareja en el ámbito laboral o con otras personas. Ya que el tóxico de la relación culpa a quien tiene al lado de lo que le sucede.

-Justificar el comportamiento de la pareja

Aun cuando sean críticas, insultos y humillaciones.

-Perder el contacto con amigos, familiares

Separarse de ellos y de todo aquel que al otro no le guste.

Todos estos son solo algunos de los indicios, puede haber muchos más. Pero el principal es preguntarse sinceramente si se es feliz y se está en plenitud con respecto a la vida que se vive con el otro.