MÉRIDA

El cigarrillo: un vicio letal

     **** Fácil agarrarlo, pero para dejarlo… La nicotina crea la dependencia

    Por la extraordinaria oportunidad que nos brinda a todos los deportistas “Mérida Digital”  con su comprobada penetración, posicionamiento y vibrante actualidad, debemos aprovechar para tratar un tema que, de otro modo, no llegaría. Y agradecer, por supuesto, a nuestra directora, la periodista Judith Vega por permitirnos exponer estas ideas que, seguramente, pisan algunos callos… Intentaremos exponer tal como demandan los cánones del periodismo, queriendo dejar algo, para cuando ya no estemos en este Valle de Lágrimas.      

   Una curiosidad para comenzar:

El vicio del tabaquismo, como lo llaman los especialistas, fue irónicamente enviado por nuestros aborígenes hacia Europa y el mundo civilizado. Nada  más justo y vengador, después que los conquistadores europeos los empalaban, quemaban sus chozas y violaban a sus mujeres. Las hojas se enviaban desde La Española, hoy Santo Domingo, apenas luego del descubrimiento. Jerez y Torres, contaron en España, como los nativos en Cuba, enrollaban, encendía e inhalaban aquellas hojas.

     A los europeos les pareció fascinante. Desde entonces, han pasado muchas aguas bajo los puentes; lo que empezó como una simpática y curiosa moda, terminó siendo un problema de salubridad pública y un flagelo que azota a una parte significativa de la humanidad. Hoy, luego de estudios científicos realizados desde la época en  que los Beatles tocaban en “La Caverna” en 1962,  estudios que enfrentaron tenaz resistencia de las tabacaleras transnacionales, se llegó a la incontestable conclusión de que “fumar es un serio riesgo para la salud”, y eso se escribió en las mismas cajetillas de cigarros como advertencia y ahora todos lo leemos. En 1971 comenzó a prohibirse en varios países (en Cuba no, este es uno de los pocos lugares donde entrar a una discoteca equivale a fumar una caja de cigarrillos en una sola noche) la publicidad en los medios, y luego se aprobaron leyes internacionalmente prohibiendo fumar en lugares públicos.

Viñeta

     En 1976 en Maracay, Elio Chacón, quien se había retirado del beisbol de las grandes ligas, tras haberse robado el home en una serie mundial, se desempeñaba como  instructor de beisbol, una materia optativa en UCV Agronomía. Al verlo en el campo mascando una pelota enorme que abultaba sus carrillos, le pregunté (y en esa época, no era periodista) si eso era chicle. Él contestó ingratamente sorprendido frente a mi insolente ignorancia: “No mijo, es tabaco”. Tristemente, el inolvidable Elio Chacón contrajo cáncer en la boca y murió prematuramente. ¿A causa del hábito de mascar tabaco mientras calentaba?

En nuestro País, es cada día más común ver avisos como este

Consecuencias del vicio del tabaquismo

Es un hecho que, peloteros como los superastros Curt Schilling y Tony Gwynn, acusaron a MLB por su cáncer bucal, presuntamente derivado de mascar tabaco en el diamante.

Este hábito era tan popular en USA que Charles Dickens, novelista inglés, burlándose de  las costumbres americanas, escribió en 1842: “Washington, la capital de la saliva manchada de tabaco” (En esto podríamos comparar con nuestra Mérida actual con el chimó, ese sucedáneo del tabaco que aún goza de enorme presencia pudiendo esto considerarse como una herencia ancestral).

     Un cigarrillo encendido posee según investigaciones farmacológicas concluyentes, entre otras lindezas: alquitrán, brea, monóxido de carbono, naftaleno, fenol, gas metano, acetona, tolueno, amoníaco, benceno, acetaldehído, nitrobenceno, pireno, y otras decenas de sustancias químicas, casi todas comprobadamente capaces de generar daños, algunos irreversibles en el organismo del ser humano. Y la nicotina, ahora aumentada tres veces por la industria, con su poder adictivo se encarga de que los infortunados que caen en el vicio no lo puedan dejar a causa del síndrome de abstinencia.

     Algunos de los problemas atribuidos al tabaquismo, señalados por incontestables investigaciones médicas son, entre otros: enfisema pulmonar, cáncer en vías respiratorias, tos crónica, disminución en las defensas orgánicas, acumulaciones necróticas causales de amputación, oclusión de los alvéolos pulmonares, fallas cardíacas, dientes manchados, mal aliento, piorrea, ropajes quemados, etc…

El Fumador Pasivo

     Quizá lo más grave: todo aquel cercano  a un fumador, también está respirando el humo viciado que ese cigarro produce. Esto lo convierte en víctima inocente. Notorios son muchísimos casos reportados de cónyuges que, sin haber prendido jamás un cigarro, terminan padeciendo alguno de los diferentes  tipos de patologías, particularmente el cáncer asociado al vicio de fumar. Esto suele ocurrir como consecuencia de compartir espacios vitales con parejas fumadoras.

  La combustión del cigarro produce efectos intoxicantes inmediatos en aquellas personas que se hallan cerca de alguien que fuma. Si el fumador pasivo es un niño, entonces las consecuencias son peores. Algunas investigaciones tajantes dicen: “el humo que exhala el fumador es tres veces más nocivo que el que se traga”. En fin, el cigarrillo mata a los que fuman y a los que están alrededor.

Algunos de los elementos tóxicos presentes en un cigarrillo

 Los cigarrillos electrónicos

     En la actualidad se ha estado tratando esta novedad básicamente con el fin de sustituir este tan nocivo vicio, pero… a la larga, lo que han hecho es cambiar un perjuicio por otro de igual negatividad; ya que, los estudios que se han estado realizando al respecto, arrojan conclusiones nada alentadoras… Pese a los esfuerzos financiados por las tabacaleras, no se ha podido comprobar su tan cacareada eficacia como sustituto para dejar el vicio.

 “Los cigarrillos electrónicos no son seguros para los jóvenes, ni adultos, o mujeres embarazadas, o para quienes no estén usando productos de tabaco en la actualidad”

“Los cigarrillos electrónicos tienen el potencial de causar daño…”

     Recientemente, no hace ni un mes, tuvimos la oportunidad de leer en las páginas de los medios, como a un joven adolescente el vicio de vapear le destruyó sin compasión los pulmones. Esto todavía debe estar colgado.

     Lo que definitivamente está comprobado sin titubeos, es que “vapear” en lugar de fumar, también introduce al organismo sustancias nocivas que a la larga terminarán llevando al vapeador al hospital, y si no reacciona a tiempo, al cementerio.

      La conclusión entonces, no admite ninguna duda: ¡fumar mata! ¡fumar mata a los que rodean al fumador!…¡Vapear mata! ¡vapear mata a los que rodean al vapeador! ¿Entonces? ¿qué estamos esperando para desterrar ese insidioso y letal vicio de nuestras vidas?

   ¿Qué parte de “fumar y vapear” mata no entendimos?

“Calavera fumando” (Vincent Van Gogh, 1885)

Más información disponible en:

Informe del Comité Científico de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) sobre la seguridad de uso de los cigarrillos electrónicos.

https://www.cdc.gov/tobacco/basic_information/e-cigarrettes-infographic-spanish-508.pdf

https://www.mscbs.gob.es/consumo/vigilanciaMercado/organosAsesores/docs/rcc24_07cigarrillosElectronicos.pdf