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Calabozos policiales se han convertido en cárceles paralelas

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La suspensión de ingresos a centros penitenciarios trajo como consecuencia el retardo procesal

**** Una semana después de su nombramiento como ministra del Servicio Penitenciario, Iris Varela suspendió el ingreso de reclusos a las cárceles del país

Por ROSIBEL CRISTINA GONZÁLEZ | RCGONZALEZ@EL-NACIONAL.COM

El hacinamiento, el pranato, la comercialización de armas, extorsión y pago por privilegios que existen en las cárceles que no funcionan bajo régimen están ocurriendo también en los recintos de detención preventiva, información que fue recabada durante el primer semestre de 2018 por la ONG Una Ventana a la Libertad, a través del monitoreo de 93 centros de detención preventiva situados en los estados Bolívar, Carabobo, Distrito Capital, Falcón, Lara, Mérida, Miranda, Monagas, Nueva Esparta, Táchira, Vargas y Zulia.

Un estudio sobre los siete años de gestión de Iris Varela, presentado por Una Ventana a la Libertad, indica que una semana después del nombramiento de la funcionaria a cargo del sistema penitenciario el 27 de julio del año 2011, “inició la etapa de hacinamiento y colapso en los centros de detención, luego de la emisión de un comunicado a los directores de las cárceles venezolanas, el 3 de agosto de 2011, en el que se les ordenaba la suspensión de ingresos de privados de libertad en los centros penitenciarios sin la autorización de ese despacho”, relató el abogado Carlos Nieto Palma, director de la ONG.

El caos. La suspensión de ingresos a centros penitenciarios trajo como consecuencia el retardo procesal, las demoras en la asignación de cupos para centros carcelarios y el hacinamiento. La población, a la fecha, es de 45.000 reclusos en centros donde solo existe capacidad para albergar a 5.910 personas, lo cual refleja 250% de sobrepoblación, mientras que para el mismo período del año anterior, esta organización contabilizó un total de 14.525 reclusos y para ese año el hacinamiento alcanzó 86%.

“Pese a que los centros de detención preventiva solo están diseñados para albergar a detenidos durante 48 horas mientras son trasladados a la audiencia de presentación ante el juez, documentamos casos de presos que han cumplido más de 3 años en estos calabozos policiales”, dijo Nieto Palma.

Durante el primer semestre del año se registraron 232 muertes: 71 durante motines, 34 por tuberculosis, 15 durante enfrentamiento tras fugas, otras 15 por enfrentamiento entre presos, 11 por riñas en reclamo de espacios, 6 por intentos de fuga, 2 suicidios y 4 por determinar. A esta lista se agregan las 69 personas que murieron el 21 de marzo en los calabozos de Policarabobo”, sostuvo Nieto Palma.

Siete años de gestión, sin respuestas. Con Iris Varela a la cabeza del sistema penitenciario se fijó como propósito la construcción de 24 cárceles para erradicar el hacinamiento que había en los penales ya existentes. “Además, aseguró que las nuevas cárceles serían ocupadas por los reclusos que para ese momento aún estuvieran procesados y comenzar así con una gestión de clasificación y todo el proceso exploratorio para la construcción ya se había adelantado, por lo cual en 24 meses, desde esas declaraciones dadas en junio de 2011, dichos recintos estarían listos”, dijo Nieto Palma.

Actualmente, hay 41 centros de reclusión en todo el país. La capacidad instalada, según Una Ventana a la Libertad, es de 19.000 privados de libertad, pero la población que actualmente hace vida en esas cárceles suma 51.693 personas. El excedente, según cifras aportadas por el Ministerio del Servicio Penitenciario, es de 32.693 reclusos, lo que corresponde a 161% de hacinamiento. Del total de reclusos, solo 35% tiene pena impuesta. El 64% restante aún se mantiene procesado y 1% ya está en destacamento de trabajo.


Debilidades del sistema
–   En los centros de detención preventiva también se han instalado la corrupción carcelaria y la figura del pranato.
–   Los funcionarios policiales extorsionan a los familiares de los presos para permitirles dejar pasar alimentos, celulares, visitas especiales, entre ellas las conyugales.
–   Los reclusos hacen sentir su poder en el interior de las celdas para dictar las normas en la rutina carcelaria.

“Los centros de detención preventiva están diseñados para albergar a detenidos durante 48 horas; hay presos que han cumplido más de 3 años”.

Carlos Nieto Palma
Coordinador de la ONG Una Ventana a la Libertad