1 de Mayo: Inter Sindical merideña alzó la voz por la dignidad del trabajador venezolano

@Yanara Vivas SNTP 6961/CNP 16770
Este 1 de mayo de 2025, suman 1143 días sin aumento salarial, pues los bonos que denominan salario integral ni forman del mismo, si suman para las prestaciones, ni mucho menos garantizan calidad de vida a los trabajadores, por lo que la Inter Sindical de Mérida, realizó una jornada de oración acudiendo a la Iglesia de El Llano, y luego realizaron una jornada de protesta pacifica en la Plaza del mismo sector, donde leyeron el Manifiesto “Un grito por la dignidad del trabajador venezolano”.
Las organizaciones sindicales reunidas como Intersindical de Mérida, y que participaron en la actividad de este 1 de mayo, se encuentran Sindicato de Hospitales y Clínicas, Colegio de Odontólogos, Colegio de Bioanalistas, Colegio de Médicos, Colegio de Enfermería, Sitraenseñanza, Sunepsus, Sitraiute, Aeula, Sindicato de Comunicaciones CANTV, Suoiem, Federación Venezolana de Maestros, Médicos Unidos, Muv Mérida y Sinvema.
Funcionarios policiales no lograron amedrentar a los trabajadores
Mientras transcurría la jornada pacifica de los trabajadores, un grupo de funcionarios policiales motorizados se presentaron en el sitio, sin lograr siquiera amedrentar a los trabajadores quienes los increparon e invitaron a sumarse a la exigencia nacional de los trabajadores, manteniéndose firmes, sin espavientos y unidos hasta cumplir con la jornada programada.
A continuación, el documento presentado en la jornada de este 1 de mayo, por la Inter Sindical de Mérida:
MANIFIESTO DE LA INTER-SINDICAL DE MERIDA
“Un grito por la dignidad del trabajador venezolano”
1ro de mayo de 2025
Hoy, nuevamente conmemoramos el Día Internacional del Trabajador, y nos congregamos con un mensaje de unidad y propósito. Nos vestimos de negro y blanco: el negro, solemne y fuerte, simboliza nuestro duelo colectivo por la muerte del salario en Venezuela y el
irrespeto al esfuerzo humano. El blanco, por otro lado, es el color de la pureza que nos llena de esperanza, de esa luz que guía nuestra lucha y representa, además, nuestra visión de un futuro digno y justo para los trabajadores.
Desde el estado Mérida, junto a la fuerza laboral del resto del país, alzamos nuestras voces para proclamar que el trabajo es la esencia misma de una sociedad justa y solidaria. Vestimos estos colores para recordar al mundo que es nuestro derecho fundamental como trabajadores vivir con dignidad y que luchamos por una transformación real.
Han pasado 1143 días desde el último ajuste al salario mínimo, 1143 días en los que cientos de solicitudes, propuestas y llamados nuestros han sido ignorados. Durante este tiempo, aquellos que administran los recursos públicos han optado por políticas que deshonran el trabajo honesto y perpetúan la desigualdad. Mientras la narrativa oficial se esfuerza en justificar esta situación culpando a las sanciones internacionales, los hechos son claros: la destrucción del salario comenzó mucho antes de que estas medidas individuales fueran implementadas, y ni siquiera en los periodos de alivio de las sanciones se han tomado acciones concretas para revertir esta tragedia laboral.
Es fundamental que desmontemos este relato vacío. No son las sanciones las responsables de la precarización del trabajo en Venezuela; es la corrupción y la mala gestión de los recursos públicos lo que ha sumido a nuestra nación en esta crisis. Aquellos que administran los fondos del pueblo han convertido el salario en una herramienta política, olvidando que este es, ante todo, un derecho.
Las bonificaciones que se han instaurado como sustituto del salario son una afrenta directa a los principios de justicia y equidad. Estas bonificaciones no constituyen salario ya que carecen de incidencia en prestaciones sociales, beneficios de seguridad laboral ni garantías de estabilidad. En esencia, han sido utilizadas para perpetuar un sistema de pobreza estructural que despoja al trabajador de su dignidad y bienestar.
En el estado Mérida, como en toda Venezuela, los trabajadores enfrentamos la dolarización de facto de la economía con ingresos que no alcanzan para cubrir ni siquiera la canasta básica alimentaria. Es inaceptable que se nos pida enfrentar costos internacionales con salarios que equivalen a nada. El trabajo es el motor que impulsa a una nación, y un sistema que desvaloriza el trabajo está condenado al fracaso. Pero no nos rendimos. Hoy, desde Mérida, alzamos nuestra voz con firmeza y claridad. Este acto público no es solo una manifestación; es un llamado a la reflexión, a la acción y a la esperanza. No pedimos favores ni concesiones; exigimos respeto, justicia y dignidad. Proclamamos la necesidad urgente de un sistema laboral que respete los derechos fundamentales, garantice salarios justos y valore el esfuerzo humano como la base de la construcción de una sociedad más equitativa.
Proponemos un sistema salarial indexado que permita cubrir la canasta básica y garantizar una calidad de vida digna. Este sistema debe ser transparente, equitativo y adaptado a las realidades económicas de los trabajadores. Exigimos que las bonificaciones sean eliminadas como práctica sustitutiva del salario. Los derechos laborales no son negociables ni pueden ser reducidos a simples dádivas ocasionales. Insistimos en el respeto absoluto a los convenios internacionales que protegen los derechos de los trabajadores, en especial aquellos establecidos por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Proclamamos la necesidad de un compromiso activo con la libertad sindical, elemento fundamental para la protección de los derechos laborales y la lucha contra la explotación.
Vestirnos de negro y blanco no solo simboliza lo que hemos perdido, sino también la pureza de nuestros deseos, que nos impulsan a seguir adelante. Este luto y esta luz representan nuestra fortaleza y nuestra decisión de continuar luchando por un cambio real. Los trabajadores del estado Mérida estamos comprometidos con la construcción de un sistema laboral que sea justo, inclusivo y digno para todos. Y en este compromiso, no estamos solos. Somos parte de un movimiento nacional que lucha por la justicia social y por el reconocimiento del trabajo como un derecho humano fundamental.
Hoy, invitamos a la clase trabajadora, a los sindicatos, a las organizaciones sociales y a cada ciudadano que valora el esfuerzo humano a unirse a no callar.
Que nuestras voces resuenen en cada rincón del estado Mérida y del país.
Que este 1ro de mayo sea un día de transformación, un día en el que recordemos que la lucha por la dignidad y la justicia nunca se detiene.
Por la dignidad del trabajador venezolano…
¡Seguimos en la lucha que no da tregua!