Así funcionan las “cuadrillas de paz”, colectivos armados de Nicolás Maduro

Efecto Cocuyo
En cadena nacional Nicolás Maduro llamó a la “resistencia activa”. Los remitentes de este mensaje, enviado el 11 de marzo, fueron las “cuadrillas de paz“. Este es el nombre que reciben algunas organizaciones comunitarias afines a su Gobierno. Sin embargo, también es la denominación eufemística con la que se camuflan los grupos de civiles armados que atacan las acciones de protesta de la oposición a la “revolución bolivariana”. Son los colectivos armados.
El 31 de marzo, 11 días después, en Caracas se sintió la más dura “resistencia activa”. En la avenida Fuerzas Armadas, principalmente, colectivos armados aparecieron para reprimir a quienes protestaban por la falta del servicio eléctrico y el agua.
Esa noche, Maduro volvió a recordar su convocatoria después de anunciar un racionamiento eléctrico: “Y los movimientos sociales, los colectivos, las Ubch cívico militares, vamos junto a los milicianos a defender la paz de cada barrio, de cada cuadra”.

Civiles armados (los de las fotos) en plena acción en la Av. Fuerzas Armadas. #31mar1.14618:11 – 31 mar. 2019
Patrón represivo
Efecto Cocuyo consultó a habitantes y organizaciones de derechos humanos en los estados donde se ha reportado presencia de “colectivos”. La investigación reveló un patrón que aplican estas personas como “resistencia activa”.
Monitoreo de convocatorias: Los “colectivos” están al tanto de las convocatorias de la oposición, realizadas por la Asamblea Nacional. Ellos se movilizan según estos llamados.
Movilización institucional: En estados como Aragua, Lara y Zulia, no se ha identificado una agrupación con estructura y jerarquía; sino que los actores políticos cercanos a Maduro movilizan a las personas oficialistas. Trabajadores de gobernaciones, alcaldías e incluso concejales son señalados como “colectivos” por los manifestantes opositores.
Amedrentamiento verbal: Una de las primeras acciones violentas de los civiles armados con tendencia oficialistas es el amedrentamiento verbal. Insultan y amenazan a los presentes. También suelen tomar fotografías a los que están en la protesta.
Represión armada: En una escalada de violencia, los “colectivos” usan armas para dispersar la manifestación. También usan piedras y objetos contundentes.
Asedio en comunidades: Varios consultados denunciaron que los oficialistas suelen amenazar en las comunidades para evitar las protestas.
Respaldo policial: Entre las denuncias recogidas por Efecto Cocuyo se encuentra el apoyo de los cuerpos de seguridad del Estado a estos colectivos armados.
Balance rojo
El llamado en 2019 no es la primera vez que Maduro pide a los colectivos que defiendan su Gobierno, Inti Rodríguez, miembro de una ONG defensora de los derechos humanos, aseguró que esta solicitud en 2019 ocasionó un incremento en la represión de civiles a manifestaciones o a eventos de la oposición venezolana.
Rodríguez actualmente es uno de los directores de Provea, organización de DDHH con más de 40 años de activismo. Dijo a Efecto Cocuyo que esa semana registraron al menos cinco ataques a protestas perpetrados por colectivos.
“No es una situación nueva. Las hemos documentado antes. En labores de represión de manifestaciones, los colectivos armados detienen a personas junto a funcionarios policiales o militares. También en ataques contra templos religiosos y centros de estudios. Definitivamente, este año hubo un acatamiento inmediato de esas agrupaciones para actuar contra las manifestaciones”, indicó el defensor de DDHH.
Provea documentó que en lo que va de 2019 fueron asesinadas 50 personas, solo en contextos de protestas. De este grupo, 14 murieron presuntamente en acciones de los civiles armados.
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (Ovcs) reportó en 2014 que de las 43 muertes en manifestaciones, ocho se produjeron presuntamente por colectivos armados.
Casos puntuales
Zulia, Distrito Capital y Lara han sido los estados con más recurrencia de estas agresiones.
En Caracas, el 8 de marzo, se hizo público que el doctor del hospital Miguel Pérez Carreño, Neomar Balza, fue atacado por miembros de la seguridad del recinto y despedido por denunciar la falta de insumos. Rodríguez aseguró que esta agrupación está integrada por colectivos. Situaciones similares se han presentado en el Hospital Vargas y en el Clínico Universitario, ambos lugares ubicados en la capital de Venezuela.
Antes del llamado presidencial, el templo de Nuestra Señora de Guadalupe, ubicado en el municipio San Francisco, estado Zulia, tuvo que ser usado como refugio el domingo 27 de enero. No hubo respeto al recinto eclesiástico. Grupos armados ingresaron y atacaron a las personas que se encontraban allí resguardadas. Antes de irse, destrozaron el lugar.
Rodríguez resaltó que en 2019 las protestas pacíficas se generaron en sectores populares, los cuales simbólicamente eran “bastiones del chavismo”. La represión en estos sitios es más violenta y la participación de civiles armados se ha evidenciado aún más.
“Luego del llamado presidencial, esos ataques se produjeron en zonas como San Martín, avenida Urdaneta, Baralt y Fuerzas Armadas. Zonas cercanas del poder y de bastiones del oficialismo. De ahí que uno de los objetivos es intimidar y hostigar para rescatar el valor simbólico que tienen estos sectores”, expuso el director de Provea.
¿Qué dicen los colectivos?
Dentro de estos grupos hay una división. Uno de los dirigentes de estas agrupaciones, que pidió anonimato, explicó a Efecto Cocuyo que los colectivos “revolucionarios no están dispuestos a arremeter contra el pueblo”.
Manifestó su descontento por la satanización de los colectivos y aseguró que estos songrupos de trabajo comunitario. Reconoce que el Gobierno ha propiciado la criminalización de estos por su uso para reprimir manifestaciones.
“Sí, estamos llamados a defender la patria. Pero no así. No para arremeter contra nuestro pueblo. En esos sí estamos muy de acuerdo todos los colectivos de trabajos revolucionarios”, precisó.
Sin embargo, el mismo 11 de marzo la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) atacó a un grupo de manifestantes en Lara. Las víctimas denunciaron que en el hecho represivo participaron también los colectivos armados.
De acuerdo a un informe del periodista local Carlos Suárez, resultaron heridas cinco personas (una por gravedad tras recibir un perdigón en el ojo derecho) y cuatro leves. Funcionarios detuvieron a un ciudadano y cientos fueron afectados por la acción de estos colectivos y el efecto de los gases lacrimógenos.