Lula pide no cerrar diálogo a Venezuela en la ONU

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En su intervención durante la 80.ª Asamblea General de las Naciones Unidas, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, instó a la comunidad internacional a mantener abierto el camino del diálogo con Venezuela, en medio de un llamado a preservar la paz y la estabilidad en América Latina.
“El camino al diálogo no se le debe cerrar a Venezuela”, expresó Lula desde el podio de la ONU, subrayando que la región atraviesa un periodo de “polarización e inestabilidad crecientes” y que mantenerla como una “zona de paz” debe seguir siendo una prioridad.
Críticas a las intervenciones externas y defensa del multilateralismo
El mandatario brasileño alertó sobre las consecuencias humanitarias negativas de las intervenciones externas en diversas regiones del planeta, y cuestionó el uso de la fuerza letal en situaciones que no constituyen conflictos armados, calificándolo como “ejecución sin juicio”.
Asimismo, Lula denunció lo que llamó una “consolidación de un desorden internacional”, marcado por sanciones arbitrarias, atentados a la soberanía y presiones unilaterales. “No existe justificación alguna para la imposición de medidas unilaterales y arbitrarias”, afirmó, en clara referencia a las sanciones impuestas a países como Venezuela.
Brasil como defensor del diálogo regional
El presidente brasileño reiteró su compromiso con la defensa de la democracia, la soberanía y el multilateralismo, y destacó que Brasil ha optado por resistir ante los ataques a su sistema democrático. “Nuestra democracia y nuestra soberanía no se regatean”, sentenció.
El mensaje de Lula refuerza la postura de Brasil como actor clave en la búsqueda de soluciones negociadas para los desafíos políticos en la región. Su llamado a no cerrar las puertas al diálogo con Venezuela se suma a los esfuerzos previos de mediación conjunta con Colombia y México para propiciar encuentros entre el gobierno venezolano y la oposición.
Este pronunciamiento se da en un contexto de creciente atención internacional sobre la situación venezolana, y podría marcar un nuevo impulso diplomático para reactivar canales de entendimiento en el continente.