Brevemente disertaré entre civilizaciones sociales el eco sinuoso que vibra en la tierra, donde sus habitantes oyen con atención las alocuciones expuestas a través de salmos dedicados al Eterno localizado en su hueste celestial.
Sutil llovizna precipitada a fase otoñal hasta el ocre juglar restaurado bajo el césped fútil.
Soy quien declama un cántico, alabando a nuestro Dios, roca sólida a estampa mágica con sin igual similitud, sendero de justicia, amor y lealtad, recalcando la fuente ovejuna, cualquier expresión invocada de forma pedante, grotesca e incoherente que incomode u ofenda en sentido literario verbal será condenada.
¡Cuántas bendiciones recibes del Supremo y cómo agradeces!
Desterrar la necedad concebida en tu ser tal vez por torpeza actuemos implementados de insensatez, de hecho, rememorando los días del pasado y el presente en su infancia, mocedad, adulto, en vida astral de sortilegio, elogiando el encuentro de hermandad sin mácula.
Igualmente, degustemos del fruto silvestre cosechado en terrenos fértiles, bautizando la espada de la libertad sin alegorías a ídolos falsos. Ven a manera regocijada en espíritu y verdad, dando testimonio y consideración al pueblo ungido por el Altísimo.
De forma, irrelevante seleccionamos caminar por la ruta que conlleva a la vida o la muerte, edificando la venganza concedida contra la adversidad.
¿Quiénes condolecen el suplicio y la sangre de los cautivos inocentes y los siervos?