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Muere Henry Martínez, maestro compositor incomparable

Su muerte ha generado una ola de recuerdos por parte de gente que inspiró, tanto en la música como en el periodismo o el humor: el legado de Martínez ha tocado probablemente todos los sectores del país.

CORREO DEL CARONÍ

Henry Martínez era un hombre sonriente. No había argumento que dijera, por muy complicado que resultara, en el que no ofreciese una señal de ternura y cercanía. En una foto hace tres años, a propósito del relanzamiento de Ya eres abril, el compositor de temas esenciales de la música venezolana como Criollísima o La negra Atilia aparece sosteniendo el disco con una emoción imposible de ocultar. Este jueves falleció a los 75 años de edad y dejó tras de sí, felizmente, una larga y prolífica carrera.

Nacido en Maracay, estado Aragua, en 1950, Martínez escogió la medicina como profesión. Hizo un posgrado en medicina familiar. Pero esa vocación la compartió con la música, disciplina a la que le aportó más de 200 canciones que han sido interpretadas por reconocidos artistas nacionales e internacionales, entre ellos Marc Anthony, Jerry Rivera, María Teresa Chacín, Cecilia Todd, Gualberto Ibarreto, Lilia Vera, Ilan Chester y Las Migas.

Harían falta páginas y páginas para poner todas sus creaciones enlistadas, pero, además de las ya mencionadas, se pueden destacar A tu regresoMi patioOriente es otro colorSentida canciónTiempo de esperanza y Venme a buscar. Quizás una manera de acercarse a la amplísima obra de Martínez sea escuchar Ya eres abril, disponible tanto en físico como en plataformas digitales.

Se trata de uno de los trabajos más íntimos del cantautor, en el que no solo le puso su voz a sus canciones sino que también colaboró con músicos como Luz Marina Anselmi o Ignacio Izcaray para generar un recorrido onírico lleno de letras en las que habla del amor, asunto recurrente en su carrera, como en Amando y conversando o Ay, María, así como temas más existenciales y surreales como Hojarasca gris o un homenaje a Armando Reverón en Armando, que cierra el disco, suerte de crónica poética del pintor de la luz.

En una entrevista con El Nacional a propósito del relanzamiento de Ya eres abril, el compositor explicó que cuando creó este álbum tenía la necesidad de contar con personas sensibles para crear canciones con honestidad.

“Es lo que yo llamo, y lo decía en la Escuela Contemporánea de Carabobo, la ética de la música. Es simplemente expresar y plasmar en notas o frases lo que realmente uno siente y no lo que uno cree que es verdad, porque no correspondería con lo que uno puede sentir en algún momento”, expresó.

Para lograr el cosmopolitismo de Ya eres abril, Martínez, tras obtener el apoyo de la Fundación Bigott para producirlo, salió con el ingeniero de sonido Juan Carlos Torrealba a comprar unos 15 álbumes importantes de todo tipo -desde jazz hasta rock o música contemporánea- con la idea de inspirarse y, entonces, al escuchar una batería que les gustase la utilizaban como referencia a la hora de crear. Esto demuestra que el músico no era un hombre encerrado solamente frente a su obra, sino que escuchaba, leía, absorbía lo que pasaba a su alrededor. Él mismo decía que a sus más de 70 años reconocía los cambios en la sociedad y rechazaba las nostalgias: “No, no, los cambios pasan, y las cosas, la tecnología, la música, las artes, todo, va cambiando, y uno tiene que ir a ese ritmo. No me quedo atrás”.

Su muerte ha generado una ola de recuerdos por parte de gente que inspiró, tanto en la música como en el periodismo o el humor: el legado de Martínez ha tocado probablemente todos los sectores del país. El cuatrista Jorge Glem lo reconoció con claridad en Instagram. “Un ser humano noble, inmenso poeta y uno de los compositores más brillantes de la música latinoamericana. Su legado queda en canciones eternas como A tu regresoOriente es otro colorTiempo de esperanzaSentida canciónVenme a buscarCriollísimaLa negra Atilia, entre tantas joyas que seguirán cantando por él”, dijo.

“De regreso a la eternidad quien llenó de poesía nuestra música, descanse en paz Henry Martínez”, dijo el humorista Laureano Márquez en X, mientras que Elías Pino Iturrieta, historiador, subrayó: “Nos dejó Henry Martínez, compositor de espléndidas canciones venezolanas y caballero cabal. Descanse en paz y que suene su música”.

En aquella última entrevista que dio a este periódico, Martínez señaló que al momento de escribir canciones no estaba pendiente de la inspiración. Se trataba más bien de un trabajo disciplinado en el que se sentaba con un diccionario de rimas al lado y comenzaba a componer.

“Puedo entonces trabajar y hacer que quede bien. No estoy pendiente de la inspiración. Las cosas salen bien cuando te sientas en la computadora y escribes, sea a mano o no. Puedes hacer un trabajo a conciencia en busca de la belleza”.

Tampoco se dejaba llevar por las tendencias. Muchos le recomendaron escuchar a Bad Bunny. Pero él advertía que no es lo mismo el compositor que vende y produce para las disqueras del mundo a compositores más complejos -él puso como ejemplo a Chico Buarque y Joan Manuel Serrat- que no siempre tienen abiertas las puertas de los grandes sellos: “Las leyes del mercado son muy complicadas. Yo trabajé dos años para Sonográfica, conocí ese mundo por dentro y sé que la cuestión de las disqueras es complicada. Ya veo por qué se vino abajo, los gastos eran inmensos. Ahora no, tú pones 10 canciones y la gente baja las que más les gusta, tienen su lista de 20 o 100 canciones, no tienen que comprar y consumir las nueve canciones de un disco que quizás no les llena. Son más selectivos”.