¿Qué tan poderoso es el despliegue militar de Estados Unidos cerca de las costas de Venezuela?

Esta acción forma parte de una operación más amplia para combatir el narcotráfico en la región. Foto: Archivo
Las fuerzas llegarían este jueves a sus posiciones, según fuentes del Pentágono. El despliegue ocurre en medio de crecientes presiones a Nicolás Maduro
Por GDA | El Tiempo | Colombia
EL NACIONAL
En un movimiento militar sin precedentes desde la invasión de Panamá a finales de la década de los ochenta, Estados Unidos ha desplegado una fuerza militar con un gran poder de fuego en el Caribe, con buques de guerra, aviones y marines operando cerca de las costas de Venezuela.
Fuentes del Pentágono indican que este jueves las fuerzas estadounidenses estarán “en posición” cerca de las costas del país suramericano.
La acción forma parte de una operación más amplia para combatir el narcotráfico en la región, y según funcionarios del Pentágono busca enviar un mensaje contundente a organizaciones criminales que han sido calificadas como terroristas por el presidente Donald Trump tras su regreso a la Casa Blanca.
Enn las últimas semanas se conoció que Trump firmó una orden en la que aprobaba el uso de fuerzas militares contra los carteles de droga en América Latina. Entre estos se encuentra el recientemente calificado como organización terrorista por Washington, el denominado Cartel de los Soles en Venezuela, estructura -afirma Estados Unidos- liderada por el mismo Maduro y que estaría detrás de una gigantesca red de narcotráfico.
Y si bien aún se desconoce con exactitud los operativos que se llevarán a cabo o si se tiene en la mira a esta u otras organizaciones (como el Tren de Aragua o la MS-13), lo cierto es que la Casa Blanca continúa con su política de mayor presión contra el régimen chavista.

Además de la designación del Cartel de los Soles como estructura terrorista, se encuentran las recientes incautaciones de activos vinculados a Maduro avaluados en 700 millones de dólares y el aumento de la recompensa por el dirigente chavista a 50 millones (antes 25 millones de dólares), convirtiéndolo en la persona por la que Estados Unidos ha puesto la mayor recompensa en la historia.
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en respuesta a una pregunta sobre la posibilidad de un despliegue de fuerzas en tierra, respondió: «(Trump) está preparado para usar todos los elementos del poder estadounidense para detener la inundación de drogas en nuestro país. Maduro no es un presidente legítimo, es un fugitivo, líder de un cartel narcoterrorista y tenemos que traer a los responsables a la justicia».
Pese a las declaraciones y crecientes presiones, más allá de lo que pueda ocurrir -en los que también hay 4.000 marines en la ecuación-, este operativo es una demostración de poder de la mano de los destructores más avanzados del mundo.
¿Qué tan poderoso es el despliegue de EE UU cerca de las costas de Venezuela?
El corazón de este operativo es el Grupo Anfibio de Despliegue Inmediato (Iwo Jima Amphibious Ready Group). Liderado por el buque de asalto anfibio USS Iwo Jima, esta flotilla funciona como portaaviones en miniatura, un centro de mando flotante diseñado para el lanzamiento de poder en tierra. Acompañado por el buque de transporte anfibio USS San Antonio y el buque de desembarco USS Fort Lauderdale, este grupo es la herramienta capaz de transportar y desplegar una fuerza de asalto con amplio poder.
Esa fuerza de élite es la Unidad Expedicionaria de Marines (MEU), contingente de 4.000 efectivos del poderoso Cuerpo de Marines de Estados Unidos.
Su versatilidad es su mayor activo: son entrenados para ejecutar operaciones aéreas, marítimas y terrestres de alta complejidad. La presencia de la MEU en la región es una señal clara de la capacidad de respuesta rápida de Washington, una fuerza lista para cualquier contingencia, desde un asalto relámpago hasta una misión humanitaria a gran escala.
En conversación con EL TIEMPO, un militar miembro del tanque de pensamiento independiente Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), explicó que este cuerpo de marines son clave porque «llevan el poder marítimo a tierra».

«Son capaces de una amplia gama de misiones, pero tienen algo muy único: pueden hacer cosas como proveer asistencia humanitaria, ayuda en desastres, porque tienen conectores de barco a tierra. Pueden llegar a la orilla y dar apoyo a personas que necesitan agua o kits humanitarios», le explica a EL TIEMPO al referirse únicamente a las capacidades de este tipo de efectivos, mas no al operativo que lleva a cabo Estados Unidos actualmente en cercanía de aguas venezolanas.
«Pueden desplegarse en un instante y dentro de un día o dos estarán disponibles para apoyar una misión«, destaca, y agrega que esta es solo la punta de lanza de un amplio rango de operativos que pueden efectuar.
Pero el poder de la flotilla no termina en los marines. El escudo protector, la pieza clave de la defensa, reside en los tres destructores clase Arleigh Burke: el USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson.
«Los destructores Harley Burke son una plataforma de múltiples misiones. Apoya una amplia gama de misiones, predominantemente antiaéreas, pero también puede apoyar misiones de superficie, específicamente patrullas», explica la fuente al respecto, que decidió mantener su identidad anónima debido a la sensibilidad de la misión.
Estos buques de guerra multipropósito son el cerebro de la defensa naval. Su activo más formidable es el sistema de combate Aegis, herramienta digital que integra radares avanzados, computadoras y una serie de misiles defensivos y ofensivos.

Según la Armada de Estados Unidos, este sistema tiene “un radar de alta potencia que puede realizar funciones simultáneas de búsqueda, seguimiento y guiado de misiles, con una capacidad de seguimiento de más de 100 objetivos” y destruir amenazas, como misiles o aviones, lo que hace que los destructores sean prácticamente inmunes a los ataques aéreos.
“El sistema de combate incluye el Sistema de Lanzamiento Vertical Mk 41, un sistema avanzado de guerra antisubmarina, misiles antiaéreos avanzados y misiles de crucero Tomahawk de ataque terrestre”, explica la Armada.

«Una cosa en la que son muy buenos es en la defensa antiaérea, donde pueden derribar misiles balísticos. Pueden apoyar operaciones de portaaviones donde derriban un misil entrante».
También pueden hacer misiones de superficie como operaciones de interdicción marítima para lo que cuentan con equipos de abordaje, búsqueda e incautación de embarcaciones y pueden hacer abordajes e inspecciones, explica el miembro de CSIS.
«Es uno de los destructores más capaces del mundo debido a lo diverso que puede ser el apoyo a una misión», dijo.
Los tres destructores que lideran el operativo
Los destructores que encabezan este despliegue naval son el USS Gravely, el USS Jason Dunham y el USS Sampson.
El USS Sampson, comisionado en 2007, es una de las primeras versiones del diseño de la clase Arligh Burke en incorporar hangares para helicópteros. Al transportar helicópteros MH-60R Seahawk, el Sampson puede detectar submarinos o amenazas en la superficie. Según la Armada, su arsenal se centra en un sistema de lanzamiento vertical (VLS) de 96 celdas que puede cargar y lanzar misiles de crucero Tomahawk, misiles estándar para defensa aérea y misiles ASROC para la guerra antisubmarina.
El USS Jason Dunham, lanzado en 2010, lleva el nombre del cabo del Cuerpo de Marines Jason Dunham, héroe que recibió póstumamente la Medalla de Honor.
El USS Gravely, al igual que el Jason Dunham, cuenta con la última generación de sistemas Aegis.

Cada destructor puede llevar más de 90 misiles en celdas de lanzamiento vertical, incluyendo misiles de crucero Tomahawk, misiles antiaéreos y armas antisubmarinas. En la práctica, un solo Arleigh Burke puede proteger a toda una flota contra ataques aéreos y al mismo tiempo lanzar ataques de precisión a kilómetros de distancia.
Activos de inteligencia y ataque: el elemento sorpresa
Además de los navíos, los aviones de patrulla marítima Poseidón P-8, con envergadura de 37 metros, actúan para el reconocimiento desde el aire. Según el Comando de Sistemas Aéreos Navales (Navair) estos aviones están equipados con sensores de alta tecnología y capacidad para lanzar torpedos y misiles antisubmarinos.
El militar miembro del CSIS indica que este modelo es una versión más moderna del P3 Orion. «Son mucho más capaces en cuanto a su resistencia. Su misión principal es patrulla marítima y reconocimiento», dice.
«Dependiendo de cómo vuelen y cuál sea su misión, pueden permanecer fuera entre 8 y 12 horas solo patrullando», señala. Añade que la vigiliancia que puede otorgar esta aeronave en el mar es incomparable.
«Pueden ver no solo con cámaras, sino que también tienen algo llamado Flear, que pueden usar con infrarrojo. Así que si un elemento no es detectable por el ojo humano o por imágenes electroópticas, pueden tomar patrones de calor y pueden captar cualquier otra señal como un motor que emita calor debajo del agua», agrega.
El elemento más sigiloso es un submarino nuclear. Los submarinos de este tipo tienen ventaja estratégica inigualable: su propulsión nuclear les permite operar sumergidos durante meses sin necesidad de salir a la superficie, lo cual los hace casi indetectables. Tienen la capacidad de llevar a cabo misiones de reconocimiento y si están armados con misiles de crucero, lanzar ataques de precisión contra objetivos terrestres o navales sin ser detectados.
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