MÉRIDA

Tovareños despidieron entre lagrimas y aplausos al padre José Goor Vallar

 

 

Cientos de personas colmaron la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro en Tovar, para despedir entre lagrimas y aplausos al padre José Goor Vallar, quien por más de 39 años fue el guía espiritual de las comunidades rurales de San Pedro, Pata de Gallina, Siloé y El Amparo, en donde también se desempeñó como un líder comunitario logrando importantes avances para los habitantes de estas zonas.

El padre Goor falleció el pasado domingo 1 de octubre en el Hospital Universitario de Los Andes, en donde se encontraba recluido luego de haber volcado su vehículo sobre el pavimento en la vía entre Tovar y la comunidad de San Pedro, hecho ocurrido el pasado 19 de septiembre.

El presbítero José Goor Vallar, nació en Bruselas, Bélgica, en Europa, luego de su ordenación sacerdotal arribó a Venezuela en 1969 y en 1978 llega a Tovar para ser el párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, cargo que ocupo por 10 años y luego fue trasladado a la comunidad de San Pedro.

Una misa exequial fue celebrada por el Cardenal y Arzobispo Metropolitano de Mérida, Baltazar Porras, quien en su homilía agradeció a todo el pueblo tovareño, a San Pedro y todas sus aldeas por la presencia y el acompañamiento al padre Goor en reconocimiento de lo que fue su labor a lo largo de cuatro décadas.

“Estos son los ejemplos de vida cristiana que Juan Pablo II nos pedía y que el Papa Francisco también nos insiste en que reconozcamos, no solo para admirarlos en el momento de su muerte sino para que podamos seguir su senda de bien, esto es un ejemplo que nos anima a todos, reconocer la virtud y el bien de quienes nos han precedido, dar gracias a Dios y pedir por el descanso eterno del padre José”, dijo el Cardenal Porras.

En la eucaristía participaron 45 presbíteros del clero merideño y el Obispo Auxiliar de Mérida, Luis Enrique Rojas, quienes dieron el último adiós a su hermano sacerdote y cargaron su féretro hasta el mausoleo construido en la iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en donde reposaran sus restos por disposición del Cardenal Porras.