DEPORTESREPORTAJE ESPECIAL

Diego Moros triunfando en un baloncesto de altura

Jose Gregorio Rojas

Los venezolanos que se encuentran en el extranjero cumplen la difícil tarea de representar a un país cuyo nombre ha sido manchado con tintes políticos. Quienes se encuentran con la oportunidad, o necesidad de atravesar fronteras deben lograr hacer valer el gentilicio que desde nacimiento adquirieron en Venezuela, pese a el rechazo que actualmente sufren diferentes personas que lo han hecho anteriormente.

Diego Leonardo Moros Barrios es un jóven de 21 años, nacido un 25 de agosto en Tariba, estado Táchira. Debutando con Panteritas de Táchira desde pequeño destacó en el mundo del baloncesto por tener la facilidad de imponer su estilo en el tabloncillo. Con esfuerzo y entrenamiento, Diego se fue ganando el respeto en el estado para formar parte de la selección de Táchira. A sus 16 años fue seleccionado jugador más valioso en la primera fase del nacional de baloncesto en categoría Juvenil, el evento realizado en el estado Mérida hizo que llamara la atención de todos aquellos que lo vieron pisar el terreno de juego.

Luego de algún tiempo el oriundo de Tariba logró encontrar un puesto dentro de la Liga de baloncesto Argentina, tomando la decisión de emprender el reto más difícil de su vida deportiva. Enfrentar un baloncesto distinto, más técnico como indicó Moros, y tener la responsabilidad de representar a un país hace de Diego un temerario, reflejo de su manera de ser en los cuatro cuartos que dura un encuentro de baloncesto.

Luego de un año demostrando su nivel en el extranjero, Diego regresa a Venezuela para participar en la Liga Andina de Baloncesto con el equipo Tigres de Táchira y continuar su carrera deportiva en el país que lo vio nacer y dar sus primeros dribling de balon. Expresando la emoción que representa el estar vistiendo los colores de su estado y regresando al gimnasio 9 de Octubre en el estado Mérida, dónde una vez fue seleccionado como el mejor jugador.

En los primeros encuentros de ésta Liga, Diego mostró lo aprendido destacando con 36 puntos. Un tiro certero de media distancia y una capacidad innata para conseguir sacar las faltas a sus rivales. «Los puntos no importan tanto, el resultado si» aseguró Moros después de convertirse en el máximo anotador, mostrando su mejor personalidad al saludar a sus rivales con cariño cuando la última chicharra sonó.

El futuro para el tachirense es claro, volver al baloncesto argentino: «En febrero espero estar regresando, es un nivel muy fuerte, pero tengo lo necesario para estar allá, por sobre todo la disciplina». En tres meses Venezuela tendrá nuevamente un representante en el exterior, tratando de dejar el nombre del deporte en todo lo alto, y por sobre toda las cosas, el nombre de los venezolanos.