SUCESOS

Jornada dominical se distinguió por la represión en Ejido

Con una máquina derribaron el portón de las Residencias El Molino
Uniformados escondidos para emboscar a los manifestantes
Los jóvenes retenidos fueron sacados encadenados de las Residencias El Molino
Caravana de vehículos militares y uniformados bajando por la avenida Andrés Bello rumbo a la ciudad de Ejido

 

MÉRIDA DIGITAL 

Judith Vega

 

Desde horas de la madrugada, organismos de seguridad del Estado se presentaron en la avenida Centenario, a la altura de las residencias El Molino y Centenario, realizando disparos al aire y lanzando bombas lacrimógenas.

Posteriormente, en horas del mediodía, unas 200 personas, entre funcionarios de la Policía de Mérida; Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN); Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (CONAS); Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y colectivos, realizaron allanamientos en distintos apartamentos de El Molino, de donde se llevaron retenidos unos 11 jóvenes, entre ellos una muchacha.

Además, una maquina payloader retiró materiales de las barricadas en la avenida Centenario y luego derribaron el portón de salida de las residencias El Molino.

Las protestas y la represión arreciaron desde la avenida Centenario hasta el sector El Molino, sin embargo los uniformados decidieron bajar por la cuesta de La Vega para llegarle a los manifestantes por el sector de la urbanización Don Luis, lo que originó que los residentes de esa comunidad se lanzaran a la calle y cerraran todos los accesos, levantando barricadas con cauchos, piedras, y troncos.

Sin importar la edad, un grupo de hombres se dirigió hasta El Molino para enfrentar a los uniformados, quienes portaban armas largas como fusiles y realizaron varios disparos en contra de las personas, que afortunadamente, no alcanzó a ninguna.

Protestas similares se registraron en los sectores de Asoprieto, San Miguel y Trapichito donde igualmente los efectivos de seguridad arremetieron contra los ciudadanos que manifestaban.

Sólo la pertinaz lluvia logró aplacar la adrenalina de los civiles y militares, quienes amenazan con otros allanamientos, aún sin poseer autorización judicial y dejando de lado el principio constitucional relacionado con la Inviolabilidad del Hogar.