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MENSAJE DEL PAPA LEÓN XIV A LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

En la mañana del lunes 12 de mayo del 2025, su Santidad P.P. León XIV realizó el encuentro con los representantes de los medios de comunicación.

Hermanos y hermanas, le doy la bienvenida a ustedes, representantes de los medios de comunicación del mundo, les agradezco por el trabajo que han realizado y realizan en este tiempo que para la iglesia es esencialmente un tiempo de gracia.

En el sermón de la montaña Jesús proclamó bienaventurados los que trabajan por la paz, se trata de una bienaventuranza que nos interpela a todos y nos concierne de cerca, llamando a cada uno de nosotros al compromiso de perseguir una comunicación distinta, que no busque el consenso a toda costa, que no se revista de palabras agresivas, que no abrace el modelo de la competición; que nunca separe la búsqueda de la verdad del amor con el que humildemente debemos buscarla.

La paz comienza de cada uno de nosotros de la forma en que miramos a los otros, escuchamos a los demás, hablamos de los demás y en este sentido el modo en que nos comunicamos tiene una importancia fundamental, debemos decir no a la guerra de las palabras, de las imágenes; debemos rechazar el paradigma de la guerra, por eso permítanme reiterar hoy la solidaridad de la iglesia con los periodistas encarcelados por buscar e informar sobre la verdad. Con estas palabras también pedir la liberación de estos periodistas encarcelados

La iglesia reconoce en estos testimonios pienso en los que relatan la guerra incluso a Costa de su vida, el valor de quienes defienden la dignidad, la justicia y el derecho de los pueblos a estar informados; porque solo los pueblos informados pueden tomar decisiones libres; el sufrimiento de estos periodistas encarcelados interpela la conciencia de las Naciones y de la comunidad internacional llamándonos a todos a salvaguardar el bien precioso de la libertad de expresión y de prensa. Gracias queridos amigos por su servicio a la verdad. 

Ustedes han estado en Roma esta semana para contar a la iglesia su variedad y al mismo tiempo su unidad, han acompañado los ritos de la Semana Santa, han contado el dolor de la muerte del Papa Francisco, que sucedió sin embargo, a la luz de la Pascua, esa misma fe pascual nos ha introducido en el espíritu  del cónclave que los ha visto particularmente ocupados en días agotadores y también en esta ocasión han sabido narrar la belleza del amor de Cristo que nos une a todos, y hace de nosotros un solo pueblo guiado por el buen pastor.

Vivíamos tiempos difíciles, que recorrer y que narrar, que representan un desafío para todos nosotros y de los que no debemos huir, al contrario; nos piden a cada uno de nosotros que en nuestras diferentes funciones y servicios no cedamos nunca a la mediocridad; la iglesia debe aceptar el desafío del tiempo y del mismo modo no puede haber una comunicación y un periodismo fuera del tiempo y de la historia. Como nos recuerda San Agustín que dijo “vivamos bien y los tiempos serán buenos” nosotros somos los tiempos.

Gracias pues, por lo que hicieron para salir de los estereotipos y de los lugares comunes a través de los cuales solemos leer la Vida cristiana y la vida misma de la iglesia; Gracias porque han logrado captar lo esencial de lo que somos y transmitirlo por todos los medios al mundo entero, hoy uno de los retos más importantes es promover una comunicación capaz de sacarnos de la torre de Babel, en la que a veces nos encontramos, de la confusión de lenguaje sin amor a menudo ideológicos o sectarios.

Por lo tanto, su servicio con las palabras que utilizan y el estilo que adoptan es importante, la comunicación en efecto no es solo transmisión de información sino creación de una cultura, de entornos humanos y digitales; que se convierten en espacios de diálogo y confrontación, y teniendo en cuenta la evolución tecnológica esta misión se hace aún más necesaria; pienso en particular en la inteligencia artificial con su inmenso potencial que exige sin embargo responsabilidad y discernimiento para orientarles herramientas por el bien de todos de modo que puedan producir beneficios para la humanidad y esta responsabilidad concierne a todos en proporcionalidad y a los roles sociales.

Queridos amigos, con el tiempo aprenderemos a conocernos mejor, hemos vivido podemos decirlo juntos días muy especiales, los han compartido con todos los medios de comunicación, la televisión, la radio, la web, las redes sociales; me gustaría que cada uno de nosotros pudiera decir de ellos que nos van a revelado una pizca del misterio de nuestra humanidad y que nos han dejado un anhelo de amor y de paz; por eso, le repito hoy a ustedes la invitación que hizo el Papa Francisco en su último mensaje para la próxima jornada mundial de las comunicaciones sociales: desarmemos la comunicación de todo prejuicio, rencor, fanatismo y odio; purifiquémosla de agresividad, no sirve una comunicación fragorosa y muscular, sino una comunicación capaz de escuchar, de recoger la voz de los débiles que no tienen voz, desarmemos las palabras y contribuiremos a desarmar la tierra.

Una comunicación desarmada y desarmante nos permite compartir una visión diferente del mundo y actuar de forma coherente con nuestra dignidad humana; ustedes están en primera línea para narrar los conflictos y esperanzas de paz, las situaciones de injusticia y de pobreza; y el trabajo silencioso de tantos por un mundo mejor, por eso les pido que elijan con conciencia y valentía el camino de una comunicación de paz. Gracias a todos ustedes que Dios los bendiga.

PP. León XIV