Del CORONA DIABLO Y OTROS DEMONIOS

Isaías A. Márquez Díaz
“El diablo existe, no es un mal etéreo” aclaró papa Francisco durante una homilía y negó que el “ángel soberbio”sea tan solo una manera de interpretar la maldad. “Sin él podríamos vivir como hermanos, todos en paz”.
A Satanás en su misión de destuir a la humanidad lo acompañan demonios, espíritus malignos cuya misión fundamental consiste en interrumpir todo propósito de nuestras vidas y alejarnos de Dios; esto se explica en La Biblia: “La Sagrada Escritura y la tradición de la Iglesia ven en ese ser un ángel execrado denominado Satán, diablo o lucifer (Jn 8,44; Ap 12,9).
La Iglesia nos indica que primero fue un ángel bueno, que Dios creó. Asimismo, “Dios creó al diablo y a los otros demonios con una naturaleza buena, pero ellos se hicieron malos a sí mismos”. “Su pecado y/o “caída” consistió, según la Escritura, en la elección libre de estos espíritus creados que rechazaron radical e indefectiblemente a Dios y su <reino”. (CIC 391-ss).
Por otra parte, Satanás no estaba solo en su batalla contra Dios, por lo que se entabló una batalla en el cielo: “Miguel y sus Ángeles combatieron contra el Dragón; sus Ángeles también combatieron.pero no prevalecieron, por lo que no hubo ya lugar para ellos. Y, arrojaron al gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado diablo y Satanás, seductor del mundo entero mediante sus pompas, fueron arrojados con él”. (Ap12, 7-9), las siete trompetas.
En efecto, “El dragón se plantó sobre la arena del mar”. (Ap 12,13-18).
Y, aunque todo esto parece que tiene visos de metáfora o de folclore religioso, se trata de una realidad que prevalece y refuerza la animosidad, tal y como observamos en las rivalidades actuales EEUU VS CHINA por el control de los mercados, mejor conocida como “guerra comercial”, casi a punto de encarnizarse, por lo que viene a colación la pandemia por la covid-19, que está por dilucidarse aún si se trata de un arma bacteriológica, de un accidente experimental o de una simple mutación.