SUCESOS

Tres miembros de una familia están secuestrados desde hace 60 días

WILLIAMS MARRERO
Ramírez, Marín y Carballo disfrutan una velada familiar, sin sospechar que serían plagiados

**** Autoridades policiales y familiares presumen que fueron secuestrados el 11 de septiembre en Barlovento, en dirección hacia Caracas, luego de asistir a un velorio. Se desconoce la hora y lugar exacto del hecho

Por ARTURO GUILLÉN | AGUILLEN@EL-NACIONAL.COM

Tres miembros de una familia se encuentran desaparecidos desde hace casi dos meses. Nilvia Antonia Ramírez, de 59 años de edad; Jhon Enrique Marín Ramírez, de 39 años de edad e hijo de Nilvia, y Yulimar Mairí Carballo Partidas, de 42 años de edad, y esposa de Jhon Marín, fueron presuntamente secuestrados el 11 de septiembre cuando viajaban desde Barlovento hacia Caracas, luego de asistir a un velorio, en una camioneta Mitsubishi Zotye Nómada 2007. Las únicas dos comunicaciones que familiares y allegados a las víctimas tuvieron con los secuestradores se realizaron durante ese mes. Familiares de los plagiados aseguraron que en primer lugar los delincuentes llamaron a la jefe de Jhon Marín, que trabaja en una cadena de farmacias, y le dijeron que tenían secuestrado a un pariente de ella. “No tengo ningún familiar que haya sido secuestrado”, indicó la mujer, y finalizó la llamada. Agregaron que luego los familiares recibieron una llamada en la que les notificaron que prepararan el dinero para la liberación. Posterior a esa petición no se tuvo más noticias de los plagiadores ni de las tres víctimas.

La denuncia del caso la interpusieron en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas  de Guarenas, y hasta los momentos los detectives se encuentran realizando las averiguaciones pertinentes sobre el hecho. Durante las  pesquisas los funcionarios lograron aprehender a un joven de 18 años de edad,  porque supuestamente tenía en su posesión el teléfono celular de Jhon Marín. Los policías le preguntaron acerca del dueño del dispositivo y el detenido aseguró que había muerto, y dio la localización exacta de donde podrían encontrar el cadáver. Sin embargo, en el lugar indicado solamente hallaron osamentas humanas enterradas y no el cuerpo de Jhon Marín.

Los parientes albergan esperanzas de que puedan estar vivos, debido a que aún no han localizado sus cuerpos. Además, manifestaron que la pareja tiene dos hijos varones de 8 y 5 años de edad, que están asistiendo a terapias psicológicas, debido a la ausencia de sus padres por tan largo período. Hasta los momentos aguardan los resultados que puedan arrojar las investigaciones que desempeñan los detectives del Cicpc. Para ello entrevistaron a los allegados de los tres secuestrados, con el fin de obtener información relevante acerca del caso y aclarar los acontecimientos. También los agentes le harán los respectivos protocolos de antropología forense a las osamentas que fueron encontradas por las señalizaciones del joven retenido en la policía judicial. Estos análisis tienen la finalidad de determinar la identidad de las personas a quienes pertenecen los restos hallados y si se encuentran en la base de datos de ciudadanos desaparecidos.


Casos atípicos de secuestros en la voz de un experto

Javier Gorriño, criminólogo y ex funcionario de la extinta Policía Técnica Judicial, indicó que cuando los secuestradores se comunican rápidamente con los familiares de la víctima se debe a que tienen total conocimiento de los plagiados. “Son plagios que los delincuentes saben que van a negociar, debido a que han estudiado minuciosamente a la víctima: si tienen pólizas de seguros, las posibles rutinas y rutas que transitan y si poseen el dinero que exigen para su correspondiente liberación”, expresó. En estos casos, señaló, los detectives de la División Antiextorsión y Secuestro del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas deben continuar con sus labores de rigor, con el fin de aclarar el caso. Gorriño manifestó que en muchas ocasiones los secuestros se complican por cuestiones de logística y mala planificación del delito por parte de sus perpetradores, y que a ello pueda deberse la demora en las comunicaciones. Sin embargo, “hechos como estos en los que no se concreta una negociación y no vuelven a tener algún tipo de contacto con los familiares, son extraños”, dijo. Aunque agregó que los parientes pueden tener la esperanza de que las víctimas puedan seguir con vida.