MÉRIDA

Comida ecológica y consiente

¿Qué son los alimentos ecológicos?

Son los que han sido producidos o elaborados sin abonos químicos ni pesticidas, sin conservantes químicos ni aditivos sintéticos. En cuanto a los animales, se les permite una vida digna, no están amontonados ni sobreexplotados, pasean libres por el campo y se alimentan sin alimentos hormonados, granos transgénicos, ni antibióticos.

La agricultura ecológica se basa en la fertilización de la tierra con abonos orgánicos naturales y en la no utilización de pesticidas, con técnicas respetuosas con el medio ambiente, las personas y los animales. La agricultura convencional, en cambio, utiliza abonos químicos, que cambian la composición nutricional de los alimentos, y pesticidas, que son altamente contaminantes y disruptores hormonales.

La filosofía de la alimentación ecológica  tiene más que ver con la salud ambiental y social que con nuestra salud personal, aunque ambas no tienen por qué ser incompatibles. Muchos pesticidas persistentes se concentran de manera especial en las grasas de los alimentos, animales (lácteos, huevos, carnes, etc.). También es preocupante el impacto ambiental de los alimentos transgénicos y, más aun, su impactos social, todo parece indicar que dicha tecnología (como ya sucedió en el pasado con fertilizantes y pesticidas) podría implicar un desequilibrio ambiental y sobre todo una mayor servidumbre y dependencia económica  y tecnológica para los pequeños agricultores y para países empobrecidos.

¿Cómo se hace una gestión ecológica y sostenible de la cocina?

Cocinando con alimentos ecológicos, frescos, locales y estacionales, buscando una proporción equilibrada entre productos de origen animal y de origen vegetal, con un cálculo de cantidades cuidadoso para no tener que tirar nada, métodos de cocción suaves que preserven los nutrientes, con agua buena y material de cocina seguro, procurando el ahorro energético y de agua y, finalmente, utilizando productos de limpieza eco y reciclando correctamente los residuos.

Nos conviene una dieta más vegetariana y no tan carnívora

Proporción equilibrada de alimento vegetal vs. Productos de origen animal

Los estudios demuestran que resulta más barato y sostenible producir alimentos de origen vegetal que animal. Somos omnívoros y estamos físicamente capacitados para comer de todo sin repercusiones inmediatas, pero nos conviene una dieta más vegetariana que carnívora. Hay estudios basados ​​en la observación del diseño de nuestro sistema digestivo que concluyen que una proporción general adecuada sería, en volumen, 7 partes de alimento de origen vegetal por 1 parte de proteína animal. Y una forma práctica de gestionarlo puede ser dibujar un plato dividido en 8 partes donde pondremos todo lo que comemos a lo largo del día, una parte del cual sería de origen animal para llenar las 7 partes restantes con cereal, legumbres, verduras y hortalizas, fruta, semillas y frutos secos y algas marinas.

Por otra parte, los cereales, junto con las legumbres, son los únicos alimentos que proporcionan todos los grupos importantes de nutrientes que necesita el cuerpo: hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas, minerales y fibra. Los diferentes sistemas alimentarios tradicionales del planeta en los que la gente vive muchos años con salud tienen en común que sus dietas son pobres en calorías, proteínas y grasas y, en cambio, son ricas en carbohidratos.

Alimentos frescos de proximidad

Los productos locales, como no son de largo recorrido, pueden ser muy frescos y no necesitan conservantes de ningún tipo, a la vez que mantienen más vitaminas y más energía vital que actúa en sinergia con la nuestra. Se potencia la economía local y la nueva agricultura, gente que ama la tierra, sus frutos, su entorno y que recupera variedades que se estaban perdiendo.

 En el día a día algo se puede hacer para mitigar estos impactos ambientales y sociales, tanto individualmente como en la familia o en la comunidad. Ahí van unas pinceladas:

Al adquirir el alimento

Evita la comida basura, rápida o precocinada. Suele contener más aditivos y estar sobre empaquetada.

Evita comprar productos que vienen de lejos: frutas de centro América, chocolates suizos, cerveza mexicana, galletas danesas, miel de Europa, etc.

Evita comprar alimentos en hipermercados y centros comerciales. Evita comprar alimentos de empresas con prácticas injustas para con productores o trabajadores.

Compra productos frescos, de temporada y de procedencia lo más cercana posible. Compra productos a granel o al por mayor (cuidando de conservarlos bien).

Busca alimentos cultivados ecológicamente (si tu economía te lo permite!)

Vete a la compra con tu propia bolsa. Rehúsa en el comercio bolsas y envases innecesarios.

No compres latas de aluminio (es mejor y más económico el vidrio)

No compres envases con plástico PVC. Su incineración produce dioxinas y furanos.

Evita los envases de poliestireno expandido (corcho blanco)

No compres productos alimenticios envasados con aerosoles  con CFCs, como nata montada, etc.

No recolectes, caces ni pesques especies vegetales o animales en vías de extinción.

En casa:

Evita el uso de la cocina eléctrica.

Come alimentos sanos que no requieran cocinado, frutas ensaladas.

Tapa siempre las ollas con tapas ajustables.

Ten en cuenta los criterios de ahorro energético.

Comprar frigoríficos que no usen CFCs.

Separa la basura: vidrio, papel, envases, materia orgánica (si la puedes reciclar para compost), etc.

No uses o abuses de productos agresivos parta con el medio ambiente: lejía (tiene cloro) limpia hornos etc.

No tires aceite por los desagües.