REPORTAJE ESPECIAL

Ipostel al borde del abismo

 

JUDITH VEGA

 

Las protestas protagonizadas por los trabajadores del Instituto Postal Telegráfico de Venezuela (IPOSTEL), en días pasados, permitió indagar sobre la situación de una organización del Estado venezolano, que históricamente ha permanecido al margen de escándalos o por lo menos no se tenía conocimiento que dentro de ella, pasaran muchas cosas que los ciudadanos deben conocer, pues como toda institución pública vive y sobrevive gracias a los impuestos que pagan los venezolanos.

Lo primero que se conoce es que los trabajadores tienen 25 años sin contrato colectivo. Esta situación, por demás irregular e ilegal, fue simplemente el abre boca de lo que sucede, pues aunque existen sindicatos, cuyas funciones son las de proteger al trabajador y luchar por su bienestar económico y social, al parecer actúan como aliados del patrono y asumen con absoluto silencio las innumerables irregularidades administrativas que suceden en la institución, tales como compras de productos alimenticios personales que son pagados con dinero de la institución.

El señor Presidente de Ipostel ordena elaborar facturas a proveedores dentro y fuera de Caracas que pertenecen a familiares de los directores y asesores del mismo Presidente de IPOSTEL, quien igualmente tiene a parte de su familia entre los proveedores, además que algunos de sus amigos y familiares fueron ingresados como trabajadores de la institución, es decir otro caso más de nepotismo, tal cual como el ocurrido en la Asamblea Nacional bajo la presidencia de Cilia Flores.

Pero eso no es todo…con el aval del Presidente de Ipostel, algunas personas se han llevado partes y auto partes de la flota vehicular del instituto, en la sede de San Martín, en Caracas.

Las oficinas y edificios de las diferentes sedes en el ámbito nacional, han sido saqueadas y todas las oficinas se encuentran en franco deterioro, pues se han llevado o robado aires acondicionados, neveras y diversos enseres.

Igualmente, desde el plano de los trabajadores muchos han sido despedidos arbitrariamente y sin causas que lo justifiquen, desconociendo además los años de servicios.

Las partidas presupuestarias de Ipostel, por lo menos de la sede de San Martín, están siendo utilizadas por otros entes públicos. La partida del seguro autoasistido o autogestión para servicios médicos, odontológicos y funerarios de los trabajadores, la están usando en otras necesidades, todo esto con el aval de los sindicatos aliados al patrono.

Mientras tanto, en Ipostel San Martín y así en muchas otras sedes, no hay dinero para solventar problemas menores de los vehículos tales como cajas, cloche, frenos, servicio de mantenimiento y cauchos. Pero, eso no es todo. El salario de los trabajadores, que por diversas razones, han solicitado permiso no remunerado por seis meses, está siendo usado pero no se sabe a ciencia cierta en qué.

Lo peor de esta lamentable situación es que al parecer le están metiendo mano al correo internacional, el cual incluye bonos familiares, tarjetas de crédito prepagadas que son enviadas por venezolanos que se encuentran en otros países para sus seres queridos que permanecen en Venezuela, con la esperanza de ayudarlos a llevar una vida más digna. Igualmente, se están roban objetos electrónicos de valor.

El presidente de IPOSTEL es el abogado Ender Alexander Montiel Montilla, quien siempre anda escoltado y no se sabe por qué, pues otros presidentes no han tenido escoltas, así que ese señor es quien debe responder no sólo a los trabajadores del instituto, sino a los venezolanos en general, ya que las instituciones públicas son del Estado venezolano y por ende de todos y cada uno de los ciudadanos.

Se conoció que el contrato colectivo del trabajo, fue firmado a principios de junio del presente año por ante el Ministerio del Trabajo. Posteriormente, fue remitido al Ministerio de Planificación y al de Ciencia y Tecnología pero hasta el momento no se tiene información del mismo, por lo que para los trabajadores de IPOSTEL no existe aún humo blanco.