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Padre Linero: “Me mamé de la soledad”

El sacerdote confirmó su retiro durante una entrevista a la emisora BLU de Colombia. (Foto: Cortesía BLUE)
Redacción Arte y Ocio / Agencias / diariolaverdadweb@gmail.com

El popular sacerdote católico, quien también es conocido en Venezuela, anunció su retiro de la vida sacerdotal

El padre Alberto Linero confirmó su retiro del sacerdocio y lo hizo en una entrevista en la que contó detalles sobre la forma en que tomó la decisión y los factores que influyeron en ella.

“Envié una carta a mi padre general, el padre Jean-Michel Amouriaux, pidiendo que me dispense de mis promesas sacerdotales. El padre no me ha respondido, no tengo respuesta todavía”, confirmó el religioso en la entrevista a la emisora BLU Radio, durante la cual no pudo contener las lágrimas.

El sacerdote oriundo de Santa Marta, muy popular incluso entre el público venezolano que ha seguido sus actividades, misas y mensajes, fue interrogado acerca de si tenía una incomodidad con la Iglesia y respondió: “Esas vaina son ‘barro’, uno no puede hablar mal de la mamá de uno, de quien ha sido todo para uno, la congregación y la Iglesia han sido extraordinarios conmigo.

De acuerdo con Linero, la decisión la tomó porque quería vivir de otra manera. «Primera vez que voy a hablar de eso así, frontalmente y con claridad, y espero que sea la última también porque no quiero hablar de eso más porque al fin y al cabo esa es mi vida, es mi interior, eso me genera muchas emociones».

Añadió que durante 33 años dedicó su vida a servirle a la Iglesia, en la que, dijo, pese a las dificultades que enfrentó, fue feliz.

El sacerdote, que se encontraba en su año sabático y quien desde hace unos meses hace parte de la mesa de trabajo de Mañanas BLU, confesó que la soledad cumplió un papel importante para decidirse a colgar los hábitos.

«Me mamé de cosas mías, de soledades, de cosas que no entiendo, me cansé y punto. La gran tragedia mía ha sido la soledad en los últimos tiempos», confesó el padre Linero.

Dijo que su determinación la toma por su propia cuenta, por sus propios problemas y que no culpa a nadie más de la misma: “Yo soy un católico feliz, seguiré siendo católico y seguiré teniendo una experiencia de fe y soy feliz. Es decir, no soy un tipo amargado. Ustedes me ven aquí todos los días, ustedes saben que yo disfruto lo que hago. Simplemente quiero vivir de otra manera, hacer otras opciones de vida. He entendido otras cosas y soy claro. Son problemas míos, no son problemas de nadie más”.